lunes, 9 de noviembre de 2015

Teorías sobre el orígen de la vida

La teoría quimiosintética 


La teoría quimiosintética es aquella que postula que las moléculas se agruparon formando asociaciones cada vez más complejas a partir de las cuales, luego de miles de millones de años, se originaron las primeras células.
La teoría fue propuesta por A. I. Oparin y J. B. S. Haldane en 1924, en contraposición a la teoría de la generación espontánea. Se apoya en las premisas de Charles Darwin y de Friedrich Engels.Debido a la elevada concentración y combinación de moléculas como el metano, el amoníaco y el hidrógeno (el cual confería un carácter reductor a la atmósfera primitiva), se originaron compuestos orgánicos de alta masa molecular. La energía de la radiación solar, la actividad eléctrica de la atmósfera –donde se producían constantes tormentas– y fuentes de calor como los volcanes, actuaron de catalizadores en este proceso.
Como resultado, dichos compuestos disueltos en los océanos, dieron origen al llamado caldo primitivo, del que surgirían a su vez a las primeras formas de vida.

Panspermia

La teoría de la panspermia es una de las más interesantes acerca del origen de la vida en nuestro planeta. De hecho, esta teoría propone que la vida no se originó en la Tierra, sino en cualquier otra parte del vasto universo. Está más que probado que las bacterias son capaces de sobrevivir en el espacio exterior, en condiciones sorprendentes y durante largos períodos de tiempo, la teoría de la panspermia supone que de esta manera, rocas, cometas, asteroides o cualquier otro tipo de residuo que haya llegado a la Tierra, millones de millones de años atrás, trajo la vida a nuestro planeta. Se sabe que desde Marte, enormes fragmentos de roca llegaron a la Tierra en varias oportunidades y los científicos han sugerido que desde allí podrían haber llegado varias formas de vida.
De todas maneras, nuevamente nos enfrentamos a la cuestión, sólo que desde otra manera, de cierto modo se está transfiriendo nuestra interrogante a otro lugar.

Hipótesis del mundo de ARN

Sabemos que el ADN necesita de proteínas para formarse y del mismo modo, para que las proteínas se formen se necesita ADN, entonces, ¿cómo se formó una por primera vez sin la otra? Por un lado se menciona que puede que el ARN sea capaz de almacenar información de la misma forma en la que lo hace el ADN, además de funcionar como enzima para las proteínas. Por ende, el ARN sería capaz de ayudar en la creación tanto de ADN como de proteínas y entonces, como indica la hipótesis del mundo de ARN, ser responsable del surgimiento de la vida terrestre. Con el tiempo, el ADN y las proteínas dejaron de necesitar del ARN, volviéndose más eficientes. Sin embargo, aún hoy, el ARN continúa siendo de grandísima importancia para muchos organismos. Ahora bien, seguimos con una gran pregunta: ¿de dónde salió el ARN?

Teoría de la generación espontánea

Es una antigua teoría biológica que sostenía que ciertas formas de vida (animal y vegetal) surgen de manera espontánea a partir ya sea de materia orgánicainorgánica o de una combinación de las mismas.
Spallanzani demostró que no existe la generación espontánea de la vida, abriendo camino a Pasteur, en 1769. Tras rechazar la teoría de la generación espontánea, Spallanzani diseñó experimentos para refutar los realizados por el sacerdote católico inglés John Turberville Needham, que había calentado y seguidamente sellado caldo de carne en diversos recipientes. Debido a que se habían encontrado microorganismos en el caldo tras abrir los recipientes, Needham creía que esto demostraba que la vida surge de la materia no viviente. No obstante, prolongando el periodo de calentamiento y sellando con más cuidado los recipientes, Spallanzani pudo demostrar que dichos caldos no generaban microorganismos mientras los recipientes se mantuvieran herméticamente cerrados y habiendo sido esterilizados. En la primera mitad del siglo XIX, Louis Pasteur realizó una serie de experimentos que probaron definitivamente que también los microbios se originaban a partir de otros microorganismos. Siguiendo la recomendación de Balard, utilizó dos frascos de cuello de cisne (similares a un Balón de destilación con boca larga y encorvada). Estos matraces tienen los cuellos muy alargados que se van haciendo cada vez más finos, terminando en una apertura pequeña, y tienen forma de "S". En cada uno de ellos metió cantidades iguales de caldo de carne (o caldo nutritivo) y los hizo hervir para poder eliminar los posibles microorganismos presentes en el caldo. La forma de "S" era para que el aire pudiera entrar y que los microorganismos se quedasen en la parte más baja del tubo.Pasado un tiempo observó que ninguno de los caldos presentaba señales de la presencia de microorganismos y cortó el tubo de uno de los matraces. El matraz abierto tardó poco en descomponerse, mientras que el cerrado permaneció en su estado inicial. Pasteur demostró así que los microorganismos tampoco provenían de la generación espontánea. Gracias a Pasteur, la idea de la generación espontánea fue desterrada del pensamiento científico y a partir de entonces se aceptó de forma general el principio que decía que todo ser vivo procede de otro ser vivo. Aún se conservan en el Museo Louis Pasteur de París algunos de estos matraces que el científico utilizó para su experimento.

Teoría fijista o creacionista

En general, la teoría creacionista es más fácil de entender que la evolución, que aún tiene muchas lagunas que no se pueden explicar con datos empíricos. Por eso, suele ser una teoría muy utilizada y que muchas personas creen, ya que está “al alcance de la mano”.
Aunque todas las religiones tienen sus propias explicaciones de cómo Dios creó al mundo, esta teoría se basa en las creencias de cristianos protestantes, especialmente. La teoría fijista es totalmente contraria a la teoría evolutiva, como su propio nombre indica. En la teoría fijista –también llamada creacionista–, Dios creó todo. Esta teoría, por ende, no cree que el ser humano y otras especies hayan evolucionado, sino más bien considera que los humanos siempre fueron de una forma –como los creó Dios– y aunque se hayan adaptado al ambiente de diferentes formas, nunca se han transformado completamente. Esto quiere decir que desechan por completo la idea de que primero existieron organismos unicelulares y luego fueron volviéndose cada vez más complejos.
Por otra parte, el código genético no es más que una forma que Dios tiene de demostrar su existencia, pero no es algo realmente significativo.
¿Cómo explican los creacionistas que muchas especies diferentes tengan rasgos en común? El simple hecho de que Dios aprovechó estos materiales, sin tener en cuenta que puede ser que todos hayamos descendido de algo que hace millones de años solo era un organismo unicelular. Además, creen que los cambios en los fósiles no son tan grandes como para creer en la evolución de la que Darwin habla.

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